Preguntas más comunes en una entrevista de trabajo (y cómo responder sin morir de nervios)
Si estás buscando tu primer empleo o una beca, seguramente ya te lo han dicho: “prepárate para la entrevista”. Y sí, puede sonar intimidante, pero la realidad es que casi todas las entrevistas siguen un mismo guion. Los reclutadores quieren conocerte, ver cómo te expresas y entender si encajas con el puesto.
Lo bueno es que muchas preguntas se repiten una y otra vez. Así que si llegas con algunas respuestas pensadas de antemano, vas a estar mucho más tranquilo y seguro.

Por qué prepararse para la entrevista es clave
Imagínate entrar a un examen sin haber abierto el libro: nervios, dudas y respuestas improvisadas. Una entrevista funciona igual. No se trata de aprenderte un discurso de memoria (eso se nota y queda raro), sino de reflexionar antes qué quieres destacar de ti. Prepararte te ayuda a:
- Reducir los nervios.
- Evitar silencios incómodos.
- Mostrar lo mejor de ti con ejemplos concretos.

Preguntas clásicas que nunca fallan
Si hay un “pack básico” de preguntas en cualquier entrevista, son estas:
Háblame de ti
Es la típica de arranque. No quieren tu biografía completa, sino un resumen rápido de quién eres, qué has estudiado, qué intereses tienes y qué te motiva. La clave es sonar natural y no soltar un discurso robótico.
👉 Ejemplo: “Soy estudiante de Marketing, me encanta la comunicación digital y ya he participado en proyectos pequeños en redes sociales. Busco un trabajo donde pueda seguir aprendiendo y aportar creatividad”.
¿Por qué quieres este trabajo?
Aquí buscan compromiso y motivación. No digas solo “porque necesito dinero” (aunque sea verdad). Intenta conectar el puesto con lo que quieres aprender o aportar.
👉 Ejemplo: “Me interesa este puesto porque combina atención al cliente y organización, y creo que puedo aportar paciencia y buena comunicación, que son mis puntos fuertes”.
¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades?
La trampa está en no sonar ni demasiado perfecto ni demasiado negativo. Una debilidad bien explicada demuestra autoconciencia y ganas de mejorar.
👉 Ejemplo: “Soy muy detallista y eso a veces me hace tardar más de lo que me gustaría, pero estoy aprendiendo a organizar mejor mi tiempo”.
¿Dónde te ves en cinco años?
No esperan que tengas un plan exacto, pero sí quieren ver ambición y proyección.
👉 Ejemplo: “Me veo trabajando en un entorno donde pueda crecer profesionalmente y aportar valor, quizá en un puesto con más responsabilidad en el área de comunicación”.
¿Tienes experiencia previa o ejemplos de tu trabajo?
Aunque no hayas trabajado oficialmente, seguro que tienes algo que contar: voluntariados, prácticas, proyectos escolares, trabajos en grupo. Todo suma.
👉 Ejemplo: “No tengo experiencia laboral formal, pero en la uni organicé un evento cultural con 200 asistentes y aprendí mucho sobre trabajo en equipo y organización”.

Preguntas sorpresa que pueden pillarte desprevenido
Algunos entrevistadores lanzan preguntas raras para ver cómo reaccionas. No buscan la respuesta “correcta”, sino tu creatividad y calma.
¿Cómo manejas el estrés o los conflictos?
Piensa en un ejemplo real donde hayas resuelto un problema sin drama.
👉 Ejemplo: “En un trabajo en grupo había opiniones muy distintas, así que organicé una reunión para escuchar a todos y al final logramos un acuerdo que nos permitió acabar a tiempo”.
Si fueras un animal/objeto, ¿cuál serías y por qué?
No te lo tomes demasiado en serio, es más un test de improvisación.
👉 Ejemplo: “Sería un perro porque soy leal, trabajo bien en equipo y siempre pongo energía en lo que hago”.
Consejos para jóvenes que se enfrentan a su primera entrevista
- Investiga la empresa: mira su web, redes sociales y a qué se dedican. Así tendrás material para responder y preguntar.
- Practica en voz alta: no hace falta ensayar frente al espejo dos horas, pero sí decir tus respuestas en voz alta para soltarte.
- Cuida tu lenguaje corporal: dar la mano con seguridad, mirar a los ojos y sonreír transmite confianza.
- Prepara una pregunta para ellos: demuestra interés. Puede ser sobre el equipo, las funciones o la cultura de la empresa.
- No escondas tu edad o inexperiencia: al contrario, juega la carta de la energía, las ganas de aprender y la frescura.
Conclusión: la entrevista como oportunidad, no como examen
La clave para sobrevivir (y destacar) en una entrevista está en cambiar el chip: no es un interrogatorio, es una conversación para ver si hay encaje entre lo que tú buscas y lo que la empresa ofrece.
Recuerda: cada entrevista es práctica para la siguiente. Aunque no te seleccionen, ya has entrenado tu forma de expresarte y eso te suma puntos para la próxima.
Así que respira, prepárate y recuerda que lo más importante no es ser perfecto, sino ser auténtico.