Exprime la juventud como si fueses a hacer limonada.

El primer consejo que te vamos a dar es: apúntate a todo.

¿Por qué? Porque siempre es mejor ser el que cuenta la anécdota que al que se la cuenten. ¿No crees? Si dudas de si hacer un plan o no hacerlo por miedo, hazlo, no te lo pienses. Muchas veces nuestros miedos no son más que situaciones hipotéticas en nuestra cabeza que al final nunca pasan. Así que, apúntate a ese viaje que siempre has visto por Instagram, haz un deporte extremo que te pueda llenar de adrenalina o, sin ir tan lejos, apúntate a un curso de pintura, a aprender chino, o a bailar zumba en el gimnasio mismamente (aunque asegúrate de estar en forma para esas clases, porque pueden ser matadoras). El caso es hacer “ese algo”, aunque no tengamos ni idea de cómo va a salir. La juventud es ese momento de probar cosas nuevas, experimentar y aprender de los errores. Al final, de todo esto siempre vas a sacar una experiencia que recordar y sino una historia para contar a tus colegas.

Rodéate de gente guay

Las personas con las que te juntas influyen mucho en tu estado de ánimo y en tu forma de ver la vida. Rodéate de gente con buenas vibras, que te apoye y te motive a ser la mejor versión de ti mismo. Aléjate de las personas tóxicas y negativas que pueden bajarte el ánimo. Si no sabes dónde encontrar ese tipo de personas, tienes muchas opciones como las casas de juventud de tu ciudad, grupos de quedadas en tu ciudad, campamentos, y oye, aunque no te lo creas, hasta por algunas apps para conocer gente también pueden salir buenas amistades. Siempre hay por ahí personas buenas y llenas de energía por descubrir. Y bueno, trata tú también de ser ese tipo de persona con la que mola pasar tiempo y que todo el mundo quiere tener siempre cerca, que eso siempre ayuda. 

No te compares con los demás

Cada persona es única y tiene su propio camino. No te compares con los demás, porque cada uno es distinto y tiene sus más y sus menos. Piensa cuál es esa característica tuya que te hace diferente al resto o que te hace destacar, ya sea una habilidad o un don.

Céntrate en tu propia vida y en tus propios objetivos, eso es lo único que tiene que importarte. Cada uno hace con su vida lo que quiere y de la manera que quiere, y si a alguien le pica, que se rasque.

Fluye, disfruta del presente

No te pases el día pensando en el pasado o preocupándote por situaciones que todavía ni han pasado. Vive el presente al máximo. No hay nada peor que derrochar el tiempo preocupándonos por cosas que no están bajo nuestro control. Disfruta de los planes improvisados, de ese cafecito al sol con tus amigos, de una charla tranquila con alguien que quieres… Esos momentos valen más que nada.

Lo único de lo que te tienes que preocupar es del tiempo que tienes hoy y qué haces con él para aprovecharlo.

En fin, la juventud es una etapa tan chula que merece la pena disfrutar cada segundo. No tienes por qué estar constantemente haciendo cosas, también hay que saber descansar de vez en cuando. Al final, simplemente hay que sentirse bien con uno mismo y no preocuparse en exceso sobre si estás o no estás aprovechando cada instante de tu vida. Lo que importa es que con lo que tú estés haciendo o dejando de hacer, te sientas a gusto y tranqui. Y si alguno de estos consejos te da un empujón para disfrutar más de la vidilla, pues ni tan mal.

Sabemos que esto de ser joven y encontrar la manera de vivir intensamente puede ser todo un desafío. Pero en el caso de que quieras ser además de un joven vividor, un joven vividor y con formación, puedes echarle un ojo a cualquiera de nuestros programas. 

Y ale, a vivir.